La gran reforma territorial portuguesa tampoco saldrá adelante en esta legislatura. A finales de 2021, el primer ministro, el socialista António Costa (PS), anunció que convocaría un referendo sobre la regionalización del país en 2024. Contaba con el apoyo del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués, pero lo que en aquella ocasión dio esperanzas a los defensores de las regiones fue el giro del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha). Su líder de entonces, Rui Rio, se mostró a favor de la consulta y se desmarcó de la hostilidad de su formación hacia el cambio de modelo territorial.
El Gobierno renuncia a convocar en 2024 el referendo que prometió para votar un nuevo modelo territorial
El gobierno portugués tira la toalla y renuncia a celebrar en esta legislatura el referéndum sobre la descentralización territorial del Estado.
El proyecto, que pretendía crear cinco regiones administrativas con autonomía política, en un modelo similar al consagrado en España por la Constitución de 1978, se ha venido abajo después de que el PSD, se descolgara del respaldo a la iniciativa.
El PSD (Partido Social Demócrata) es el principal partido de la oposición al gobierno de António Costa, sostenido por una coalición de partidos de izquierda.
La ministra de Cohesión Territorial, Ana Abrunhosa, declaró que «no tiene ningún sentido hablar de un referéndum cuando el PSD ha roto el consenso».
«Se ha producido un cambio de posición del líder del principal partido de la oposición (Luís Montenegro, del PSD). Por lo tanto, en este momento no tiene sentido hablar del referéndum», señaló según informó el Diario de Noticias de Lisboa.
El proyecto de descentralización territorial del gobierno buscaba una descentralización de competencias, formación de órganos de autogobierno y otorgar poder político a las regiones.
El programa de gobierno de la coalición de izquierdas se comprometía a «reabrir, a partir de una evaluación de la reforma de las Comisiones de Desarrollo Regional, de forma serena y responsable, el debate sobre el proceso de regionalización en los próximos años, con el objetivo de realizar un nuevo referéndum sobre el tema en 2024″.
El PSD se había abierto al debate sobre un posible referéndum, sin embargo, el líder del partido centrista, Luís Montenegro, dio marcha atrás: «Soy absolutamente contrario a la realización de un referéndum en 2024, para que no haya equívocos«.
«Naturalmente, no habrá referéndum en 2024, que se tendría que conciliar con las elecciones europeas y regionales en las Azores, ni tampoco en 2025, con las elecciones municipales, o en 2026, con las presidenciales y legislativas», añadió.
La puerta al referéndum, por lo tanto, parece completamente cerrada a corto y medio plazo. Montenegro argumentó que la regionalización de Portugal «sería una catástrofe«.
La regionalización cuenta con una fuerte oposición en la opinión pública portuguesa. Muestra de ello la ofreció el catedrático de la Universidade do Minho, José Mendes, que en un artículo en Diario de Noticias advirtió que la división de Portugal en cinco regiones «resultaría en un futuro menos cohesionado y más desigualdad para el país».
Portugal es un país fuertemente centralizado, a excepción de las islas Azores y Madeira, que cuentan con un régimen de autogobierno con sus propios consejos de gobierno y asambleas legislativas.
El debate sobre la descentralización de competencias en Portugal ha estado presente desde su democratización, a partir de 1974. Sin embargo, no ha sido un debate que haya logrado abrirse espacio entre las prioridades políticas del país.
En 1998 se celebró un primer referéndum de regionalización que fracasó por el poco interés puesto por los ciudadanos portugueses. No acudió ni el 50 % a votar, y el 65 % de los que lo hicieron, votaron en contra.
Las regiones autónomas que pretendía crear el gobierno son cinco: Norte, Centro, Alentejo, Lisboa y Algarve.
Yo que ellos no lo hacía. Tienen los ejemplos en las autonomías españolas que es un desastre de despilfarro de dinero,duplicidad política y todo un despisporre.