En ese año los proyectos actuales en marcha permitirán servicios en modo eléctrico entre Madrid y Lisboa por Extremadura, entre el centro de Portugal y Salamanca/Madrid/Francia, y Lisboa-Oporto-Vigo, pero ni uno solo de alta velocidad
La concesión anunciada esta semana del Mundial de Fútbo 2030 a España y Portugal, con el añadido reciente de Marruecos, sitúa a los dos países ibéricos ante el espejo de su propia incapacidad para impulsar y ponerse de acuerdo en unas comunicaciones ferroviaria entre sus capitales y grandes ciudades, y les fuerza a establecer unos servicios transfronterizos de cierta calidad que cumplan por lo menos el nivel de velocidad alta, 200-220 km/h.
El anuncio de esa gran cita deportiva mundial les sorprende con unos proyectos bastante atrasados y además que una vez tras otra van incumpliendo los plazos de fin de obra y puesta en marcha previstos.
Los partidos que se van a jugar en una quincena de ciudades de la Península Ibérica van a atraer hacia a ella a espectadores no solo atraídos por el deporte sino que aprovecharán su viaje -el Mundial mueve turistas de todo el mundo- para conocer los dos países y de paso parte del resto de Europa.
En un diálogo de sordos en el que cada cual vela por sus propios intereses internos, y mientras España presume de miles de kilómetros de alta velocidad, y Portugal se ha iniciado en ella con la construcción de su primera línea Évora-Elvas pero aborda ya otra de mayor dimensión, Lisboa-Oporto, en este momento solo un modesto tren internacional diésel comunica Oporto con Vigo en Galicia, y otro convoy aún más modesto tampoco eléctrico circula entre Badajoz y Entroncamento en el centro del país vecino como solo algo testimonial y voluntarista.
Para 2030, de aquí a siete años, lo que se puede esperar, y no mucho más, es que tres servicios eléctricos comuniquen de forma directa, en primer lugar Madrid con Lisboa vía Extremadura; el centro de Portugal (conexiones a Lisboa y Oporto) con Salamanca/Madrid e Irún/Francia, y un tercer enlace de la ciudad gallega de Vigo con Oporto y la capital lusa.
Por Extremadura
La conexión central Madrid-Extremadura-Lisboa podría tener para el Mundial unos servicios electrificados con una duración entre ambas capitales ibéricas de cinco horas y media.
Desde Madrid hasta Talayuela (Cáceres) el viaje sería preferentemente por la línea convencional actual, y puesta en marcha la electrificación Humanes (Madrid)-Illescas (Toledo) e Illescas-Talayuela, con velocidades máximas medias de 150 km/h.
Ya en Talayuela empezaría un gran tramo de alta velocidad electrificado con varias secciones: Talayuela-Plasencia (puesta en servicio en 2026/2027), Plasencia-Badajoz-Frontera (puesta en servicio en 2024), y Frontera-Évora (2024/2025), gran tramo que además contaría con el baipás de Mérida (evita entrar y salir de la capital extremeña, 2024) y disminuirá los tiempos de viaje directos Lisboa-Madrid.
De Évora a Lisboa es un tramo ya electrificado para hasta 200 km/h pero con el embudo final del puente 25 de Abril ya que el tercer puente sobre el Tajo (que comunicaría además Lisboa con su nuevo aeropuerto en la orilla izquierda) no se espera esté hecho para ese 2030.
El nuevo panorama del Mundial fuerza a los gobiernos de ambos países, acompañados de sus empresas nacionales de infraestructuras ferroviaras, (Adif española e Infraestruturas de Portugal) a empezar a reunirse y planificar agilizaciones de obra y poner en marcha en en 2024/2025 nuevos y mejores servicios directos transfronterizos
En la segunda conexión internacional, más al norte, los dos países ibéricos trabajan ahora en sendos proyectos que también van con retraso, como es la electrificación entre Salamanca y Frontera (Fuentes de Oñoro/Vilar Formoso), que se calcula para el año que viene y conecta a Portugal con el nudo ferroviario de Medina del Campo (Valladolid) y desde ahí con Francia o Madrid, y el otro es la profunda mejora en la línea lusa de la Beira Alta entre Pampilhosa (junto a Coimbra) y la frontera, que tampoco estaría concluida antes del año próximo.
También se podrá contar para 2030 con una comunicación de cierta calidad en tracción eléctrica entre Soure (zona de Coimbra), Oporto y Vigo, ciudades que la primera tendrá partidos del Mundial y la segunda aspira a ello junto a la también gallega La Coruña.
En los tres casos, servicios que solo en algunos tramos serían de alta velocidad, el mayor de ellos el ya mencionado Talayuela-Cáceres-Badajoz-Évora, y el Soure-Oporto.
Oporto-Soure es la primera fase de la LAV (línea de alta velocidad) a Lisboa, fase que se proyecta terminar para 2028; en 2030 estaría Soure-Carregado (al norte de Lisboa), y la línea no entraría en la capital lusa hasta después de ese horizonte.
Más historias
España y Portugal acuerdan la construcción del puente internacional entre Sanlúcar de Guadiana y Alcoutim
España y Portugal colaboran en un proyecto para salvar al aguilucho cenizo
España busca una alianza con Portugal para que también prohíba las narcolanchas