
Viajar por Portugal es como abrir un libro antiguo que huele a mar, a tinta y a café recién hecho. En cada rincón hay una historia, un poema olvidado o un susurro de algún escritor que convirtió los paisajes en palabras. Si te gusta leer y viajar, este recorrido literario es para ti.
Lisboa: Pessoa en cada esquina
Lisboa no se lee, se vive. El tranvía 28 sube por sus colinas igual que las palabras de Fernando Pessoa suben por la garganta cuando lees uno de sus poemas.
En Chiado, el corazón bohemio de la ciudad, puedes tomarte un café en A Brasileira, justo al lado de la famosa estatua de Pessoa, que parece esperarte para charlar. No muy lejos, la Casa Fernando Pessoa abre las puertas a su mundo interior: «El poeta es un fingidor», decía, «finge tan completamente, que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente».

Y si quieres cerrar el círculo, ve al Monasterio de los Jerónimos, donde descansan los restos de Pessoa y de Luis de Camões, el gran poeta épico portugués. Como decía Camões: “Mudam-se os tempos, mudam-se as vontades”.
Sintra: castillos, niebla y poesía
Subes al tren desde Lisboa y en menos de una hora llegas a Sintra. De repente, todo parece salido de un cuento romántico. Lord Byron la llamó “el glorioso Edén de Europa”, y no exageraba.

La Quinta da Regaleira, con sus torres góticas y su pozo iniciático, es como caminar por una novela de misterio. Aquí puedes imaginar a poetas como Eça de Queirós, o incluso a ti mismo, escribiendo con una pluma mojada en saudade.
Óbidos, la villa portuguesa de los libros y las reinas
Como Ciudad Creativa de la Literatura de la Unesco que es, los amantes de los libros pasan por ella no solo para descubrir una de las localidades más bonitas de Portugal, lo que les atrae es su nutrida colección de librerías y hasta un hotel de ambiente literario.
En un antiguo convento que data del siglo XIX se ubica The Literary Man, el hotel que nació con el fin de acoger la biblioteca más grande dentro de un alojamiento, ¡y la tiene! Su colección de libros se acerca a cerca de 100.000 unidades.

¿Imagináis que os regalaran todo un pueblo? Pues eso es lo que le pasó a Isabel de Aragón y Sicilia en 1282 cuando su marido el rey Dionisio I decide hacerle un inolvidable regalo de bodas: Óbidos.

De esta manera, Óbidos entra a formar parte de la ‘Casa das Rainhas’ –que es como se denomina el patrimonio donado por los monarcas a sus esposas– y comienza a conocerse como la “Villa de las Reinas” (Vila das Rainhas).
Coimbra: libros y fado
Coimbra es ciudad universitaria, y eso se nota. Jóvenes con capas negras caminan entre claustros e historias de amor. La Universidad de Coimbra, una de las más antiguas de Europa, guarda una joya: la Biblioteca Joanina, que parece sacada de La Belleza del Mundo.

Aquí nació el fado de Coimbra, más sobrio y poético que el de Lisboa. Se canta al amor imposible, a la nostalgia: “Coimbra tem mais encanto na hora da despedida”.
Oporto: libros, vino y melancolía
Llegas a Oporto y todo huele a vino y a mar. Las fachadas de azulejos, el Duero al atardecer, y esa brisa triste que parece inspirar a cualquier escritor.
Aquí está la Librería Lello, una de las más bellas del mundo, con su escalera roja y vitrales de colores. Dicen que inspiró a J.K. Rowling cuando vivió aquí, aunque lo importante es que sigue siendo un templo de lectores.

Y si vas paseando por la Ribeira, tal vez te apetezca leer algo de Camilo Castelo Branco, el autor de Amor de Perdição, novela trágica que marcó a generaciones. Como escribió: “O amor é a única liberdade do mundo, porque ele eleva a alma à altura do destino”.
Évora y Guimarães: letras con historia
En Évora, cada piedra tiene un secreto. El Templo de Diana, la Capilla de los Huesos, los claustros silenciosos… todo suena a literatura gótica. Es el lugar perfecto para leer crónicas medievales o perderte entre páginas históricas.

Y en Guimarães, donde nació Portugal, el ambiente es épico. Aquí puedes imaginar a un joven Afonso Henriques caminando hacia la historia. Las leyendas viven en las murallas, y los libros las mantienen vivas.

Un país escrito con saudade
Portugal es eso: melancolía hermosa, historias al borde del mar, café con letras y vino con versos. Como dijo Saramago en su Viaje a Portugal:
“El viaje no termina nunca. Solo los viajeros terminan.”
Así que abre un libro, haz la maleta… y deja que las palabras te lleven por este país que se lee con el corazón.
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