La demanda de tierra cultivable sigue creciendo con fuerza tanto en Portugal como en España, según el análisis de asesor Juan Vilar
El planeta Tierra, con una extensión de 510 millones de kilómetros cuadrados, presenta una distribución donde el 71% corresponde a masas de agua y el restante 29% a tierras emergidas. De esta porción terrestre, un máximo de 148 millones de kilómetros cuadrados es apto para la agricultura, lo que equivale a aproximadamente 15 mil millones de hectáreas. Actualmente, 11 mil millones de estas hectáreas ya están bajo cultivo, lo que representa tres cuartas partes del potencial agronómico global. A pesar de que solo el 3% del agua del planeta es dulce y accesible, más del 70% de esta se destina a la agricultura.
La escasez de tierra cultivable, combinada con la creciente demanda alimentaria de una población mundial que supera los 8.000 millones de personas, ha disparado el valor y la demanda de terrenos agrícolas. Este fenómeno se ve reflejado en la notable inversión en tierras de cultivo por parte de empresarios y fondos de inversión, incluyendo figuras prominentes como Bill Gates, John Malone, y Ted Turner, quienes juntos poseen más de 2.5 millones de hectáreas.
Factores de Atracción
Estabilidad y Ubicación Estratégica
España y Portugal se destacan por su estabilidad social, económica, y política, así como por su proximidad a los principales mercados de Europa y Asia.
Estos factores, junto con la idiosincrasia de sus territorios que ofrecen diversidad climática y riqueza en variedades de cultivo, hacen de la Península Ibérica un destino privilegiado para la inversión agrícola.
Comparativa de Precios
En comparación con otras regiones del mundo, los precios de la tierra en España y Portugal son considerablemente atractivos. Mientras que en California, Estados Unidos, el precio por hectárea puede oscilar entre 50 y 60 mil euros para tierras de regadío, en la Península Ibérica, los precios son más accesibles, variando de 35 a 50 mil euros para regadío y de 19 a 25 mil euros para secano. Estos valores son significativamente más bajos que los registrados en otras partes de Europa, como los Países Bajos, Italia o Francia, donde los precios pueden alcanzar hasta 1 millón de euros por hectárea en regiones vitivinícolas de prestigio.
Diversidad de Cultivos y Prácticas Agrícolas
La Península Ibérica es un mosaico de cultivos y prácticas agrícolas, desde olivares, almendros, y pistachos, hasta cultivos de frutos rojos, cítricos, y viñedos. Esta diversidad, sumada a la posibilidad de prácticas tanto de secano como de regadío, potencia su atractivo para inversores que buscan diversificar y optimizar sus portafolios agrícolas.
Rentabilidad y Proyecciones de Futuro
A pesar de los altos precios alcanzados en ciertos cultivos especializados, la tierra en España y Portugal sigue ofreciendo oportunidades de rentabilidad con retornos de inversión de dos dígitos en algunos casos. Este panorama positivo sugiere que la demanda de tierra en la región no solo está lejos de ser una burbuja, sino que además promete un sólido crecimiento futuro, respaldado por las tendencias globales en alimentación y demografía.
Una Visión hacia el Futuro
El interés creciente por la tierra en España y Portugal se fundamenta en razones sólidas y multidimensionales. La combinación de estabilidad, ubicación estratégica, precios competitivos, y una rica diversidad agrícola, posiciona a la Península Ibérica como un foco clave para la inversión agrícola a nivel mundial.
Ante los desafíos globales de seguridad alimentaria y el crecimiento demográfico, la inversión en tierras de cultivo en estas regiones no solo es una estrategia económica prudente, sino también un paso hacia la sostenibilidad y la autosuficiencia alimentaria a largo plazo. Con el adecuado manejo de recursos y una visión de futuro, España y Portugal continuarán siendo destinos predilectos para inversores agrícolas, asegurando su lugar en el escenario global de la producción alimentaria.
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